LUCES
El equipo de trabajo comenzó formarse poco a poco de manera muy extraña. O yo los llamaba para que se metieran al proyecto o me los recomendaban o llegaban como caídos del cielo.
Así llegó Carlos Hidalgo, fotógrafo profesional que ha trabajado en muchísimas películas, comerciales y videoclips. Él fue un recomendado de Maribel, son amigos. La primera vez que nos juntamos fue en el Café de la Selva de la Condesa, un lugar muy común. Después de unos minutos de charla, creo yo, me entendió bastante de lo que quería aunque también hubo que explicarle otras cosas. Siempre me ha gustado explicarle el guión a la gente, es algo así como contar un cuento.
Pero entonces comenzó a hablar de luces muy grandes y gente de staff numerosa. Diablos! Mucho dinero ahí cuando el proyecto tiene escasos recursos. Sin embargo haría lo posible.
Ya había pasado la época oscura del proyecto en el cual estuve sin trabajo durante 3 meses (julio-octubre 04). Fui a una borrachera cumpleañera de un amigo y ahí conocí a un cuate que trabaja en una casa productora. Le comenté del proyecto y que necesitaba luces. Le dije que estaría bien hacer una co-producción y que él me pusiera todo el equipo de luces. Dijo que sí y me emocioné bastante. Pondría un móvil completo.
Para ese entonces, quería que el rodaje fuera en noviembre. Este cuate dijo que el móvil lo estaban ocupando en una película pero que se desocuparía en febrero. Decidí posponer el rodaje.
Llegó febrero 05 y el móvil seguía ocupado. Pasaron las semanas y seguía ocupado. Entonces este cuate me dijo que ya no podíamos contar con esas luces por un problema que hubo (el cual nunca supe bien lo que pasó) pero que me podía conseguir otro por la módica cantidad de 8 mil pesos. Ahi fue cuando dudé.
Desgraciadamente, o afortunadamente, este cortometraje es muy visual en todos los aspectos. Siempre me negué a usar pocas luces o luces pequeñas pues toda la historia se desarrolla en la noche. No me interesa que "se vea", me interesa que la luz sea parte fundamental, que construya emociones y sentimientos. No quiero una iluminación banal.
Así llegó Carlos Hidalgo, fotógrafo profesional que ha trabajado en muchísimas películas, comerciales y videoclips. Él fue un recomendado de Maribel, son amigos. La primera vez que nos juntamos fue en el Café de la Selva de la Condesa, un lugar muy común. Después de unos minutos de charla, creo yo, me entendió bastante de lo que quería aunque también hubo que explicarle otras cosas. Siempre me ha gustado explicarle el guión a la gente, es algo así como contar un cuento.
Pero entonces comenzó a hablar de luces muy grandes y gente de staff numerosa. Diablos! Mucho dinero ahí cuando el proyecto tiene escasos recursos. Sin embargo haría lo posible.
Ya había pasado la época oscura del proyecto en el cual estuve sin trabajo durante 3 meses (julio-octubre 04). Fui a una borrachera cumpleañera de un amigo y ahí conocí a un cuate que trabaja en una casa productora. Le comenté del proyecto y que necesitaba luces. Le dije que estaría bien hacer una co-producción y que él me pusiera todo el equipo de luces. Dijo que sí y me emocioné bastante. Pondría un móvil completo.
Para ese entonces, quería que el rodaje fuera en noviembre. Este cuate dijo que el móvil lo estaban ocupando en una película pero que se desocuparía en febrero. Decidí posponer el rodaje.
Llegó febrero 05 y el móvil seguía ocupado. Pasaron las semanas y seguía ocupado. Entonces este cuate me dijo que ya no podíamos contar con esas luces por un problema que hubo (el cual nunca supe bien lo que pasó) pero que me podía conseguir otro por la módica cantidad de 8 mil pesos. Ahi fue cuando dudé.
Desgraciadamente, o afortunadamente, este cortometraje es muy visual en todos los aspectos. Siempre me negué a usar pocas luces o luces pequeñas pues toda la historia se desarrolla en la noche. No me interesa que "se vea", me interesa que la luz sea parte fundamental, que construya emociones y sentimientos. No quiero una iluminación banal.
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